La fibra de las alpacas peruanas es conocida como “la fibra de oro del Perú” y también como “la fibra de oro de los Andes”. Y no es para menos. Esta denominación que le confiere una condición suntuosa por su inestimable valor, está en razón de ser la fibra de mejor calidad en el mundo. La calidad de la fibra se evalúa por su finura o diámetro, su longitud y el factor de confort que le provee al usuario en los productos finales.
Perú cuenta con 4,484,888 ejemplares de alpacas al 2021 (INEI 2022), que representan el 87 % de la población mundial, y es el primer productor mundial de fibra de este camélido alto andino. En Apurímac, en el mismo año la cantidad de ejemplares es de 212,220. Entre 2012 y 2021 la producción de fibra a nivel nacional varió de 4,797 a 4,406 toneladas; y en Apurímac esta producción bajó de 156 a 77 toneladas en el mismo periodo. Hasta 2018 el precio promedio nacional pagado al productor por una libra de fibra fue de S/.7.90; al 2021, este precio pasó a ser de S/. 6.00 /libra. En la región Apurímac, el precio pagado al productor ha disminuido de S/. 5.70 /libra en el 2018 a S/. 3.30 /libra en el 2021.
La drástica disminución del precio de la fibra de alpaca es motivo de una justificada preocupación, que llevó a que algunos representantes en la legislatura anterior prepararan el proyecto de ley N° 7407/2020-CR buscando la declaratoria de emergencia, que lamentablemente no llegó a concretarse. En la exposición de motivos de dicha propuesta se menciona que las dos empresas que abarcan el mayor porcentaje de compras han impulsado esta baja de precios, con un enorme almacenamiento de fibra. A esto se agregaron después los efectos negativos de la pandemia.
De acuerdo al CENAGRO 2014, en el Perú hay 82,459 productores de fibra de alpaca, de los cuales 1,172 se encuentran en Apurímac. El estado no ha asumido el rol que le corresponde para evitar la distorsión del mercado que ha traído la disminución de la producción y el desplome del precio de la fibra, con la consecuente afectación de la economía de los productores que va en franco camino al empobrecimiento, hasta llegar, incluso, al grado de pobreza extrema.
Algunos productores estarían optando por vender la fibra a precios muy bajos, siendo el sector alpaquero de las zonas altas los más afectados, necesitando asistencia técnica directa de los sectores Agricultura, Producción y MIDIS, dada la situación muy crítica que vienen atravesando. Por otro lado, los Gobiernos Regionales (son catorce regiones alpaqueras), en coordinación con el Gobierno Nacional deberían priorizar planes de acción inmediata para la reactivación económica de este importante sector de la economía del país.
La situación crítica de los productores de fibra de alpaca no ha merecido la debida atención, por lo que es de suma necesidad y urgencia la apertura del mercado nacional, y que el estado facilite a las organizaciones de criadores de alpacas la compra de la fibra a un precio justo de mercado, y promueva su transformación en hilos y prendas como productos terminados, cuyo comercio mejorará las condiciones económicas y sociales de las familias alpaquera.
